Empieza en Marrakech la cumbre del clima para poner en marcha el acuerdo de París
Los países de todo el mundo han iniciado este lunes en Marrakech la conferencia anual de la ONU sobre el clima (COP22) cuyo principal objetivo es poner en marcha el histórico acuerdo alcanzado en París, que tiene como meta frenar el calentamiento global.
Muchos de los 15.000 participantes, entre políticos, científicos, oenegés y empresas, tendrán además la vista puesta en Estados Unidos, donde el martes se celebran elecciones presidenciales, sobre todo porque el candidato republicano Donald Trump ya ha dicho que se opondría al acuerdo si es elegido.
La segunda semana de la conferencia, que termina el 18 de noviembre, contará también con la presencia de 60 jefes de Estado y de gobierno.
Estados Unidos, el segundo emisor mundial de gases de efecto invernadero, los causantes del aumento de la temperatura, “es uno de nuestros socios más importantes por lo que su participación en el acuerdo es crucial”, afirmí Patricia Espinosa, la responsable del clima en la ONU. “Ahora el acuerdo de París ya ha entrado en vigor y todos estamos obligados por este compromiso”.
El acuerdo de París, adoptado a finales de 2015, fue firmado por 192 países y ha sido ratificado por 100 de ellos representando el 70% de las emisiones mundiales. El texto es la hoja de ruta del combate contra el cambio climático. Por eso en el la COP22 de Marrakech, los negociadores tendrán que ponerse de acuerdo sobre toda una serie de procesos que hagan posible poner en práctica el acuerdo de París.
Todavía quedan muchas cuestiones por resolver, como la manera de poder verificar el nivel de gases de efecto invernadero en cada país o el financiamiento de las políticas climáticas de los países del sur.
También estará sobre la mesa cómo compensar a los países pobres más afectados por el cambio climático, que sufren sequías, inundaciones y otros fenómenos extremos.
Los objetivos actuales evitarán en principio un aumento de la temperatura +4/5°C, catastrófico para el planeta, pero todavía están demasiado cerca de los +3°C, con consecuencias igualmente graves.
El acuerdo de París aspira a limitar el calentamiento global a menos de +2°C con respecto al nivel anterior a la revolución industrial, un desafío enorme.
