Alerta en Pekín por los altos índices de contaminación
Es casi ya un hecho normal. Cada cierto tiempo, principalmente en invierno, los chinos se enfrentan a grandes niveles de contaminación que impiden el desarrollo normal de las actividades al aire libre. Desde la medianoche, Pekín se encuentra en alerta naranja por contaminación, el segundo nivel más alto en la escala que mide la contaminación. Las autoridades han recomendado que los niños y ancianos no salgan a la calle.
Según el medidor de la Embajada de Estados Unidos en Pekín, la contaminación alcanzó diez veces más de los límites considerados seguros por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La alerta naranja durará hasta el domingo, cuando los meteorólogos prevén que un frente frío disipe la nube de contaminación que cubre Pekín. Hasta entonces, el Ayuntamiento ha ordenado suspender las actividades al aire libre en guarderías y colegios.
Debido a la industrialización, la contaminación es uno de los problema más grave de China. Como suele ocurrir cada invierno, la polución se dispara en Pekín en cuanto deja de soplar el viento, ya que se acumula en la atmósfera el carbón que queman las centrales térmicas y las calderas. Como también ya viene siendo habitual, la alarma social que generan estos máximos agota las existencias de mascarillas y purificadores de aire para el hogar, convirtiendo al hecho de respirar aire limpio en un negocio lucrativo.
