El estado mexicano de Guerrero no tiene espacio para los cadáveres
La fiscalía del estado mexicano de Guerrero, duramente golpeado por la violencia del narcotráfico, se ha visto obligado a trasladar a una fosa común los primeros 20 cadáveres de un grupo de más de 400 que no fueron identificados ni reclamados y que saturan el servicio forense.
Las autoridades de la capital del estado, Chilpancingo, han creado un lugar especial en el panteón municipal para sepultar estos cuerpos ante la falta de sitio en los centros especiales.
Los cadáveres abarrotan algunas instalaciones forenses de Guerrero, donde son frecuentes los asesinatos y enfrentamientos a balazos entre grupos rivales del crimen organizado.
El fiscal no ha aportado más detalles sobre estos cadáveres que están siendo trasladados, pero se estima que serían víctimas de la violencia criminal.
En los próximos días serán trasladados más cadáveres, todos debidamente documentados en caso de que en el futuro sea necesario desenterrarlos para su posible identificación o como parte de una investigación.
Continúan buscando los cuerpos de los 43 estudiantes de Ayotzinapa
Además de los asesinatos, se denuncian numerosos casos de desaparición, entre ellos los de los 43 estudiantes de la escuela normal de Ayotzinapa, cuyo paradero se desconoce desde la noche del 26 de septiembre de 2014.
Según la fiscalía general, los estudiantes habrían sido detenidos por policías corruptos de la localidad de Iguala que los entregaron a narcotraficantes y que, a su vez, los habrían asesinado e incinerado posteriormente.
Un grupo de expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) cuestionó la versión oficial y ahora se realizan nuevas búsquedas en posibles fosas clandestinas donde pudieran estar los cuerpos de los jóvenes.
A finales de noviembre, tras una denuncia anónima, se descubrieron en el municipio de Zitlala varias fosas clandestinas de donde se extrajeron 32 cuerpos y ocho cabezas.
Según fuentes oficiales, desde 2006, cuando el gobierno federal militarizó la guerra contra las drogas, más de 170.000 personas han sido asesinadas y más de 28.000 han desaparecido en México, pero la estadística no detalla cuántos casos estarían relacionados con el crimen organizado.
