El frío, algo más que una terapia de belleza de moda
Aunque la bajada de temperaturas provoca en nuestro rostro irritación, sequedad extrema, incluso eccemas o dermatitis, no todo es negativo cuando se trata de hablar de los efectos que el frío causa en nuestra piel. Ya hemos visto a Influencers y famosos lanzarse a la nieve para conseguir una instantánea con la nieve como única envoltura. La pregunta es ¿qué pueden aportar esas bajas temperaturas a tu piel? Y ese es precisamente el secreto de los globos de hielo y de otras herramientas domésticas cuando las aplicamos en frío.
Globos faciales, ¿algo más que una moda en IG?
La respuesta es ¡sí!. Es algo más que una cuestión de “postureo”. Y su principal secreto es precisamente el frío. Guardados en la nevera mantienen esa baja temperatura que bien aplicada, nos beneficia. Ya lo sabía Paul Newman que no dudaba en meter su rostro en un cubo repleto de cubos de hielo antes de un rodaje. No solo conseguía relajar su musculatura y reducir las bolsas. Su efecto es tan rejuvenecedor que era y sigue siendo imitado, eso sí, ahora con técnicas más elaboradas. Y el motivo no es otro que la reacción de nuestro organismo frente al frío. Se defiende aumentando el torrente sanguíneo y enviando los nutrientes que nuestra piel necesita.
¿Cómo emplear los globos de hielo?
Es muy sencillo: mantenlo siempre a baja temperatura y utilízalo con la piel limpia, con movimientos ascendentes. Empieza recorriendo la zona del mentón y mandíbula, y asciende hasta los pómulos. No olvides detenerte en la zona externa de los ojos para reducir y alisar las arrugas que los rodean. Si te preocupan las arrugas de la frente desplaza los globos de hielo insistiendo en el ceño para mitigar la temida arruga de león. Y, por supuesto, bolsas y ojeras agradecerán que trabajes esta zona con delicadeza consiguiendo drenar y activar la microcirculación y que los principios activos aplicados a continuación penetren mejor.
