La obesidad: ¿cómo afecta a la fertilidad?

bebé
O, por decirlo de otra manera, ser la causa real por la que tanto el hombre como la mujer presentan dificultades para reproducirse. Por lo tanto, un diagnóstico de infertilidad debe confirmarse en personas con problemas de sobrepeso una vez que se ha adelgazado. Así, la experta en reproducción asistida, Fulvia Mancini, explica que cuando una pareja o una mujer acude por problemas para tener un hijo, el estudio de su fertilidad se pospone hasta que se pierda el peso excedente.
El motivo es sencillo. La obesidad, aclara la directora médica de Clínicas EVA, se asocia a menudo con la disminución del ritmo ovulatorio. A mayor Índice de Masa Corporal ( el límite saludable es superior a 25 y el dato se obtiene dividiendo la talla en metros al cuadrado por el peso) más trastornos en la menstruación. La regla puede llegar a retirarse, situación que se revierte cuando la mujer adelgaza.
La anovulación esta asociada, explica la doctora, con el estado inflamatorio que supone la obesidad para nuestro organismo que, así, cuando éste percibe que no se dan las condiciones óptimas para el embarazo, no se produce ese embarazo.
Al perder peso, en cambio, se modifica el eje de relación ovario- hipófisis- hipotálamo, por lo que no es extraño que una mujer con un elevado índice de masa corporal que está siendo sometida a un tratamiento de fertilidad pueda abandonar dicho tratamiento y quedarse embarazada sin ayuda.
Algo similar sucede en el hombre obeso, que puede presentar problemas de vascularización, no sólo a la cantidad de los espermatozoides, sino también a su motilidad, lo que es lo mismo, a su capacidad para moverse y alcanzar el óvulo.
En caso de que dicha pérdida de peso no se lleve a cabo, la experta en fertilidad, deja claro que, si la mujer queda embarazada nos encontramos ante una situación de alto riesgo. Son “palabras mayores”, enfatiza, a la vez que recuerda que en el primer trimestre existe un mayor incremento en las tasas de aborto entre madres con sobrepeso, mientras que en el segundo y tercero el peligro se asocia a muerte intrauterina y parto prematuro.
Cuando el parto se desarrolla sin complicaciones el bebé puede nacer con mucho peso, lo que se conoce como macrosoma, por lo que puede tener problemas de salud muy graves y de todo tipo, desde neurológicos, como la epilepsia, a reproductivos en el futuro, si se asocia en las niñas a los ovarios poliquísticos. Por supuesto, diabetes, asma y problemas cardiacos.
Cada día se publican nuevos estudios que confirman esta relación y que, incluso avisan de nuevas consecuencias para padres e hijos si no se toman medidas con la alimentación o se estudia el origen del incremento de peso en los miembros de la pareja. El último llega desde la  Universidad de Aarhus y el Hospital Universitario de Aarhus,  donde se afirma que  los hijos varones de madres con sobrepeso tienen más riesgo de sufrir infertilidad en la edad adulta que los hijos de madres con un peso normal.
Ese riesgo, un 1,4% superior en relación al resto de bebés, es estadísticamente significativo para la doctora Mancini, pero, concluye, al igual que los autores del informe, que habrá que avanzar en esta investigación.
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