Así ha sido el primer mes de Trump como presidente de EE.UU

Donald Trump

Ya se ha cumplido un mes desde que Donald Trump jurara su cargo como presidente de Estados Unidos. No perdió el tiempo. Ese mismo día comenzó la polémica con la firma de una orden ejecutiva minimizando la carga económica de la Ley de Protección del paciente y Atención Asequible a la espera de su anulación. Con ello, Trump dio el primer paso para acabar con la reforma sanitaria promovida por Obama, el llamado ‘Obamacare’.

Además, ratificó un memorándum presidencial que ordenaba “garantizar que el dinero de los contribuyentes estadounidenses no financia a organizaciones o programas que apoyan o participan en la gestión de un programa de aborto coercitivo o de esterilización involuntaria“.

Al día siguiente, el 21 de enero, el presidente visitó la CIA y se reconcilió con la agencia, después de haber puesto en duda sus informes que relacionaban a Rusia con su campaña. No obstante, lejos de poner fin a sus políticas conspiranoicas, el lunes 23 de enero Trump se reunió con líderes del Congreso y denunció sin pruebas que en las elecciones votaron ilegalmente entre tres y cinco millones de personas.

En un afán por cumplir cuanto antes todas sus promesas electorales, el miércoles 25 de enero firmó las primeras órdenes ejecutivas para levantar el muro con México y acabar con las ciudades santuario que protegen a los inmigrantes indocumentados. Como consecuencia, se canceló la visita a EEUU de Enrique Peña Nieto. Fue el primer presidente enemigo que se labró Trump.

No debió preocupar mucho al inquilino de la Casa Blanca, ya que el viernes 27 de enero presentó una orden ejecutiva que prohibía durante 120 días la entrada de refugiados y durante 90 días el acceso a ciudadanos de siete países de mayoría musulmana (Irán, Irak, Siria, Sudán, Libia, Yemen y Somalia). La consecuencia más inmediata fue un caos aeroportuario nacional e internacional, agravado por masivas protestas en las principales ciudades norteamericanas. Además, la fiscal general interina de EEUU se negó a defender la orden migratoria, al tener dudas sobre su legalidad. El lunes 30 de enero Trump la despidió.

trump

Los jueces consiguieron frenar temporalmente el decreto. Para garantizarse en favor de la judicatura, Trump presentó como candidato al Tribunal Supremo al juez conservador Neil Gorsuch.

Sospechas de la CIA y el FBI

El 13 de febrero la Casa Blanca volvió a conmocionarse cuando el asesor de Seguridad Nacional Michael Flynn dimitió después de que el Washington Post revelara que el Departamento de Justicia había alertado de que Flynn podría ser objeto de chantaje por parte de Rusia. Al día siguiente, el 14 de febrero, The New York Times denunció de que la campaña electoral de Trump había mantenido contactos con funcionarios de la inteligencia rusa.

No fue la única dimisión. El día 15, su candidato a secretario de Empleo, Andy Puzder, renunció al comprobar que no conseguiría el respaldo del Senado. Su sustituto, el cubano-americano Alexander Acosta, fue anunciado anunció el día 16, coincidiendo con la primera ‘huelga de inmigrantes’.

En el terreno internacional, Trump dejó muy claro que no pensaba continuar con el acercamiento a Irán iniciado por Obama. Así, el lanzamiento de un misil balístico que llevó al magnate a poner “en aviso” a Teherán.

Además, a pesar de haber contentado a Israel al señalar que trasladaría la embajada estadounidense a jerusalén, días más tardes rompió esta buena tónica cuando dijo de que la expansión de los asentamientos en territorio palestino “puede no ser útil para lograr” la paz en Oriente Próximo. Lo arregló, no obstante, el 15 de febrero cuando se reunió con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. Trump aseguró estar dispuesto a aceptar una solución al conflicto palestino-israelí que incluyera sólo un Estado, rompiendo con la vía defendida por la comunidad internacional.

Por otro lado, el 10 de febrero Trump sostuvo una reunión bilateral y una conferencia de prensa con el primer ministro japonés, Shinzo Abe, en la que ambos reclamaron a Corea del Norte que detuviera las provocaciones.

Unos días más tarde, el 14 de febrero, se reunió con el ministro de Canadá, un encuentro amable pese a la tensión que generó la decisión de Trump de discutir con Canadá y México una renegociación del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (NAFTA, por sus siglas en inglés) “en cuestión de inmigración y seguridad en la frontera”, así como de retirarse del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés).

Con una política internacional tan agresiva, Trump se ha labrado numerosos enemigos en todo el mundo.

Enrique Peña Nieto fue el primero en declararle la guerra cuando canceló por el presidente Twitter el viaje oficial del presidente mexicano a Estados Unidos, porque este dijo que no iba a pagar la construcción. Después ambos dirigentes hablaron por teléfono y Trump amenazó a Peña Nieto con enviarle al Ejército estadounidense para encargarse de los “bad hombres”.

Donald Trump invitó al primer ministro japonés, Shinzo Abe, a pasar el fin de semana en su resort de Florida. Tras el lanzamiento de un misil norecoreaano, los jardines del complejo fueron el escenario de una reunión del gabinete de crisis estadounidense. El equipo de prensa de Trump compartió estas fotos en redes sociales, algo que incomodó primer ministro japonés.

Por otro lado, la canciller alemana Angela Merkel y Trump mantuvieron una conversación telefónica después de que la primera mostrara públicamente su disconformidad con la decisión del presidente estadounidense de prohibir el acceso a EEUU de personas procedentes de siete países de mayoría musulmana.

No ha sido la única conversación tensa. Trump y el primer ministro de Australia, Malcolm Turnbull, mantuvieron una charla telefónica por los 1.250 refugiados que están en Australia y que el expresidente norteamericano Barack Obama se comprometió a recibir en territorio estadounidense. Según los medios estadounidenses, Trump le colgó el teléfono de Turnbull a los 25 minutos.

Por último, Trump y Xi Jinping, su homólogo chino, vivieron momentos de crisis después de que el norteamericano quisiera acercase a Taiwán. “No sé por qué tenemos que estar ligados por una política de ‘una sola China’ a no ser que lleguemos a un acuerdo con China que tenga que ver con otras cosas, incluido el comercio”, afirmó el mandatario.

Your opinion
Share post if you like it!
GREAT
NEUTRAL
NOT BAD
BAD
Leave a comment