Muere Rita Barberá de un infarto en un hotel de Madrid

La tristeza mostrada por los ‘populares’ se ha mezclado con sentimientos de rabia por el “linchamiento” al que, a su juicio, había sido sometida la exalcaldesa de Valencia tras ser imputada por blanqueo – Barberá tomaba una “medicación muy fuerte” debido a una “depresión” que sufría, según ha afirmado Margallo

“Se hace muy duro”. Esta frase, pronunciada esta mañana por un consternado Mariano Rajoy, resume muy bien la reacción del PP ante la repentina muerte por infarto de quien fue una de sus más destacadas dirigentes, pero estaba ya, muy a su pesar, fuera del partido.

Y es que la sincera tristeza mostrada por los ‘populares’ se mezclaba con otros sentimientos: desde la rabia de algunos por el “linchamiento” que, han subrayado, ha sufrido Barberá por parte de partidos y medios de comunicación, hasta la mala conciencia de otros, conscientes de que también desde el PP hubo más de un gesto que debió de doler, y mucho, a la exalcaldesa de Valencia.

Han pasado poco más de dos meses desde que Barberá dejase el PP. Lo hizo el pasado 14 de septiembre tras la decisión del Supremo de investigar por supuesto blanqueo de dinero. Y subrayaba en un comunicado que se iba como muestra de entrega al partido y para no causar ningún perjuicio.

Cerraba así una etapa de cuarenta años. Cuatro décadas en las que el PP no se puede entender sin la que fue su alcaldesa más votada, la abanderada del municipalismo ‘popular’.

Y aunque se fue del partido aquel día -si no lo hubiera hecho voluntariamente, habría sido suspendida de militancia por su imputación- Barberá ya llevaba mucho más tiempo sola frente al PP.

Probablemente Mariano Rajoy y la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal, hayan sido los dos dirigentes que más y durante más tiempo la han defendido.

Ambos lo demostraron hace ocho meses cuando dieron por buenas las explicaciones de Barberá en una rueda de prensa que protagonizó al poco tiempo de estallar el caso y antes de ser imputada. Una visión que no compartieron otros miembros de la cúpula popular, sobre todo los más jóvenes, y sonadas fueron las declaraciones de Javier Maroto o Pablo Casado al respecto.

Esas diferencias dejaban ver la tensión interna que el asunto estaba provocando, entre otras cosas porque Barberá se resistía a irse y en el PP no la querían echar.

Una tensión que no acabó con la salida del PP, porque la exalcaldesa decidió mantener su escaño en el Senado. Y muchos en el partido lo criticaron abiertamente, como hizo por ejemplo la presidenta del PP de la Comunitat Valenciana, Isabel Bonig.

Pero desde entonces, la respuesta oficial de la dirección del PP para cualquier pregunta relacionada con Barberá era la misma: “ya no está en el partido”.

La vida de Rita Barberá, en imágenes

En todo este tiempo, han sido muchos los dirigentes populares que han seguido hablando con Rita Barberá y han mantenido la amistad con ella.

Según algunos de ellos, la exalcaldesa estaba “destrozada” y sufría de una fuerte depresión por todo lo ocurrido, pero no quería dejar su escaño porque quería, entre otras cosas, limpiar su nombre.

Entre sus amigos estaba Celia Villalobos. Visiblemente afectada, la exalcaldesa de Málaga lamentaba hoy que su compañera ya no podrá “demostrar su inocencia”.

También han sido muchos los ‘populares’ que en el Senado seguían manteniendo contacto con Barberá, quien hace solo seis días saludaba en el Congreso a varios parlamentarios del PP durante la sesión solemne de apertura de las Cortes.

El semblante de Rajoy, conteniendo las lágrimas mientras subrayaba estar “muy apenado”, es la imagen de un partido que dejó atrás a Barberá pero que hoy se ha volcado con su familia, y ha velado durante horas el cuerpo de su antigua dirigente en un tanatorio improvisado en el hotel donde ha muerto.

Pero a pesar de la crítica al contrario, muchos en el PP no podían ocultar su amargura por haber dejado sola a quien fue una de sus más destacadas figuras.Porque aunque muchos hablaran hoy de ella como si nunca se hubiese ido del PP, la realidad es que, como ha recordado José María Aznar, Rita Barberá ha muerto habiendo sido “excluida” del partido al que dedicó “su vida”.

Muerte en un hotel de Madrid

Rita Barberá falleció este miércoles a los 68 años tras sufrir un infarto en un hotel de Madrid. Los servicios de emergencias recibieron un aviso a las 7.03 horas y se personaron en el hotel Villa Real, pero aunque le han practicado maniobras de reanimación durante media hora sólo han podido confirmar su fallecimiento. La posterior autopsia ha confirmado que la causa de la muerte fue un infarto.

Barberá no acudió este martes al Pleno del Senado, aunque había llamado a la Cámara para comunicar que no lo haría porque no se encontraba bien. Se encontraba en Madrid, porque el lunes había declarado ante el Tribunal Supremo por su presunta relación con el caso Taula, y su intención era asistir a la Cámara Alta, donde además se iba a celebrar la primera sesión de control al nuevo Gobierno con la presencia de Mariano Rajoy.Fuentes parlamentarias han explicado a Europa Press que la senadora tenía previsto asistir a la sesión plenaria. De hecho, había quedado para comer como hacía habitualmente con otros senadores valencianos como , con los que compartía mesa en el restaurante del Senado y que ayer contaban también con ella.

Según ha revelado José Manuel García-Margalllo, la senadora atravesaba una “depresión”, por la que tomaba una “medicación muy fuerte”.

Sin embargo, la exalcaldesa no se presentó a la cita y confirmó que no acudiría tampoco al Pleno. Las mismas fuentes aseguran que una hermana de Barberá se trasladó a Madrid para estar con ella, porque seguía encontrándose mal. Esta mañana se ha confirmado su muerte en el hotel donde se alojaba estos días en la capital.

María José, una hermana de la senadora que se encontraba con ella en el hotel de Madrid en el que ha fallecido,
fue la que avisó a las siete de esta mañana a las urgencias sanitarias del SUMMA al ver que respiraba mal.

Fuentes cercanas a la exalcaldesa de Valencia han explicado que, en la tarde de ayer, María José Barberá sospechó que la senadora no se encontraba bien al hablar con ella por teléfono y, junto a un sobrino, decidió viajar desde Valencia a Madrid para acompañarla.

Otra de las hermanas de Barberá, Asunción (conocida familiarmente como “Totón” y que durante muchos años fue jefa de Gabinete de la exalcaldesa) ha llegado esta mañana a Madrid junto a su esposo, abogado que estaba ayudando a la senadora en el caso Imelsa.

Los familiares de Barberá han recibido el apoyo de la dirección del PP y del grupo parlamentario en el Senado en el hotel de Madrid en el que se encontraba la exalcaldesa en el momento del fallecimiento.

La familia está a la espera de que se realice la autopsia al cadáver de la senadora fallecida para su traslado a Valencia, previsto para esta tarde.

La última aparición pública de Barberá fue el pasado lunes en el Tribunal Supremo, cuando acudió a declarar en el caso Imelsa.

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