Tregua de Duterte con la Iglesia católica tras llamar a Dios “estúpido

Duterte

Después de llamar a Dios “estúpido” y burlarse de algunos dogmas cristianos, el presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte ha tendido la mano a la jerarquía de la Iglesia Católica del país asiático, molesta por las ofensas a una religión que profesa el 86 % de los filipinos.

Duterte mantuvo una reunión privada con el presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas, Romulo Valles, y se comprometió a “una moratoria en sus declaraciones sobre la Iglesia”. Malacañang, sede de la Presidencia filipina, ha dejado claro que “el cese en el lenguaje hostil” debe venir de las dos partes y que Duterte no dudará en arremeter contra la Iglesia de nuevo si se siente amenazado por sus líderes.

Fue a finales de junio cuando el polémico presidente, de 73 años, enojó a los cristianos al cuestionar el concepto del pecado original y referirse a Dios como “estúpido” por haber creado perfectos a Eva y Adán y después tentarles con la fruta prohibida.

Lejos de disculparse ante la oleada de críticas, Duterte ha seguido atacando en las últimas semanas a la Iglesia católica, a la que tachó de “hipócrita” y cuya influencia en la sociedad filipina consideró “espeluznante”.

Incluso prometió renunciar si alguien lograba probar la existencia de Dios haciéndose un selfie con él, en tono irónico. “Si alguno de ustedes, los ruidosos, dijera que ha estado en el cielo, que habló con Dios, que lo vio personalmente, y que él existe yo renunciaré a la presidencia esta misma noche”, aseguró el pasado viernes.

“Solo necesito un testigo que diga: ‘Esos tontos de la Iglesia me ordenaron ir al cielo y hablar con Dios. Dios realmente existe. Tenemos una foto juntos y me traje unaselfi con él'”, agregó el mandatario filipino, cuestionando que la Iglesia pida dinero a sus feligreses cuando su función es ayudar: “Si realmente están ayudando a la gente, ¿por qué les piden dinero?”, preguntó.

La Iglesia ha sido muy crítica con la guerra contra las drogas impulsada por Duterte, una campaña que ha costado la vida de miles de personas y que tildaron en febrero del año pasado de “reino del terror”, a lo que Duterte respondió tachando a los obispos de “hijos de puta”.

Las controvertidas palabras de Duterte sobre Dios no solo indignaron a la jerarquía católica, sino también a otros grupos religiosos como el Consejo de Iglesias Evangélicas, que también ha sido invitado a Malacañang a un cara a cara aún sin fecha con el presidente filipino.

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