¿Comes para calmarte? Tienes que leer esto

Las circunstancias nos lo están poniendo difícil a todos, pero en especial a las personas que presentan tendencia a las oscilaciones emocionales. La pandemia ha creado una sensación de incertidumbre, de cambios, de suspensión de la vida en general, que propicia la aparición de los síntomas ansioso- depresivos e incrementa su intensidad en quienes ya los padecían.

La peculiar situación de confinamiento, antes domiciliario, ahora perimetral y el cese de algunas actividades de ocio, nos han obligado a pasar más tiempo en el hogar, lo que  puede suponer el reforzamiento de algunas conductas negativas, como algunas relacionadas con la alimentación.

Según explica la psicóloga Pilar Conde, las personas tendemos a desarrollar diferentes estrategias inadecuadas con el fin de disminuir la ansiedad y es aquí donde la comida juega un papel importante; “buscamos a través de determinados comportamientos liberarnos de nuestro malestar, sin ser conscientes de que esos mismos comportamientos son los que nos hacen la zancadilla ya que contribuyen al mantenimiento de ansiedad”.

Los alimentos y cómo nos relacionamos con ellos ejemplifican este tipo de comportamiento: buscamos una recompensa al comer ciertos productos y en según que cantidades. La ingesta nos calma, pero, después nos sentimos mal, al ser conscientes de que el bienestar ha resultado ser puntual y más bien efímero y que las consecuencias de la acción, sin embargo, se prolongan en el tiempo. La peor, la obesidad, que, a su vez, merma la autoestima de quien la padece y deriva en riesgo para la salud física.

Cuando este círculo vicioso se prolonga en el tiempo y es el responsable último del aumento de kilos de alguien, hablamos de obesidad psicógena. Esta, aclara la directora técnica de Clínicas Origen, puede tener su origen en  problemas de regulación emocional, manejo del estrés y de ansiedad desde que somos pequeños a través de la comida, o bien, tras la experiencia de un evento de alto impacto emocional como, por ejemplo, la pérdida de un ser querido.

Ambos casos, tanto la obesidad psicógena reactiva, como la obesidad psicógena de desarrollo, deben ser tratados por profesionales de la psicología y/ o de la psiquiatría. “Para afrontar los problemas de sobrepeso, la mejor alternativa son los tratamientos multicomponentes, en las que varios profesionales intervienen para tratar a la persona. Los nutricionistas y psicólogos son aquí los expertos de referencia junto a la supervisión médica.

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A nivel psicológico, especifica Conde, se trabaja con diferentes estrategias. a nivel psicoeducativo se hace lo propio con los mitos acerca de la alimentación, el físico. Se refuerzan hábitos saludables relacionados con la forma de comer,  los horarios, y también la manera en la que realizamos la compra. Todo ello con el objetivo puesto en la gestión emocional, la tolerancia a la frustración, la resolución de problemas, a través del minfuleating (comer consciente)

Una de las áreas de trabajo consiste en ofrecer a los pacientes las herramientas para que no caigan en atracones. El trastorno por atracón se caracteriza por ingestas recurrentes y excesivas de comida, en la que las personas sienten falta de control sobre dicha ingesta  y en las que, además, genera malestar los mismos. Los atracones suelen estar vinculados a los problemas de obesidad. Aunque también a otros trastornos como la bulimia.

Por supuesto, esta conducta  influye en el peso, y supone un riesgo para la salud, pero además puede dar lugar a conductas asociadas recurrentes como el vómito autoprovocado, el uso de laxantes y diuréticos, el ayuno o el ejercicio excesivo.

En las consultas se combate la ingesta voraz con técnicas de control estimular e interrupción de la respuesta. Después se trabaja la regulación emocional, a través del control del impulso y de la modificación de los pensamientos irracionales.  Añade también la terapeuta la gestión de las fortalezas de la persona, su seguridad personal, sus problemas de autoimagen y de relación social.

Cuando aun no se ha llegado a tal asociación comida-recompensa y a conductas inapropiadas como el trastorno del atracón, pero se está comenzando a vincular alivio con comida, se pueden seguir ciertas pautas para autorregularnos. Desde Clínicas Origen nos dejan estos sencillos consejos:

1. Come antes de estar hambriento

Los atracones de comida generalmente vienen de la mano de un exceso de apetito. Puede que no hagamos las comidas necesarias y lleguemos a sentarnos en la mesa con un hambre voraz.

Para evitar comer en exceso, realiza las cinco comidas diarias. Come en pequeñas cantidades y así no tendrás la tentación de atracar la nevera sin sentido.

Por norma general, las personas que sufren atracones de comida comen de una forma rápida. En pocos minutos han terminado un plato principal.

Come despacio, saboreando la comida y permitir a tu cuerpo sentir las sensaciones de saciedad, tanto fisiológicas como visuales. Así podrás, reducir la cantidad de ingesta y tener sensación de haber comido lo que tu cuerpo necesita.

El deporte ofrece también su particular recompensa a quien lo practica. La liberación de endorfinas produce una sensación muy placentera. Además, nos ayuda a bajar el peso y nos evita entrar en ese círculo vicioso de nervios- comida- aumento de peso-nervios comida arriba mencionado.

Así en esos momentos de ansiedad será más fácil no caer en la ingesta inadecuada y nos permitirá gestionarla de manera diferente sin dañar a nuestro cuerpo.

Ya sabes, un par de litros de agua resultan fundamentales y notarás la sensación de saciedad. También ayudan los zumos naturales y las infusiones.

Como en todas las áreas de la salud, la prevención siempre es mejor que el tratamiento. No obstante, lo mejor es ponerse en manos de profesionales para evitar el desarrollo de este tipo de trastornos alimenticios que pueden desembocar en enfermedades no sólo psicológicas sino también físicas.