El teletrabajo impulsa la demanda de los tratamientos de fertilidad

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Es pronto aún para determinar cuál será la incidencia de la #covid19 en la fertilidad, tanto en nuestro país como a nivel global. Tendremos que esperar, explica la ginecóloga Fulvia Mancini, a estudios e informes que se elaboren con muestras representativas en cuanto a grupos de población y que abarquen periodos más largos en el tiempo que los meses actuales de coexistencia con la pandemia. Aun así, y, a pesar de las medidas de seguridad de los entornos hospitalarios, la primera ola y el confinamiento severo del pasado 2020 ejercieron de elementos disuasorios en lo que a buscar el embarazo se refiere.
El miedo ha contado y cuenta a la hora de iniciarse en la maternidad, sobre todo, si pensamos en las posibles mutaciones del virus, que, hasta ahora no es especialmente virulento con los recién nacidos. En cuanto a la embarazada, sí es considerada un grupo de riesgo por la posibilidad de parto prematuro y otras complicaciones en el tercer trimestre.
Ahora bien, en el lado positivo en lo que a futuros nacimientos se refiere, cabe destacar el incremento de la demanda de tratamientos de reproducción asistida. Los motivos, explican desde Clínicas EVA, son varios y diversos, pero, sobre todo, achacables a la posibilidad de trabajar desde casa y poder compaginar con más tranquilidad las revisiones y citas periódicas con la actividad diaria.
Así, mientras que antes apenas se tenía tiempo, en plena vorágine laboral, ahora con un mercado más tranquilo e incluso parado en algunos sectores, existe para las parejas mayor flexibilidad.Primero, para la búsqueda de información, después, para la primera cita, y, en última instancia, para cumplir sin nervios con los requisitos necesarios en cada tratamiento.
Estemos hablando de Inseminación Artificial, de Fecundación In Vitro e incluso de la Vitrificación de Óvulos, nos encontramos ante tratamientos que requieren de tranquilidad mayor , si se puede, que la que reinaba en nuestra ya antigua normalidad.
En este sentido, cuentan desde EVA, hay dos fases en los tratamientos en los que la madre pasa por un periodo de nervios, ansiedad e incluso estrés, según sus circunstancias, el número de intentos y sus deseos de conseguirlo. Hablamos de la estimulación ovárica y de la betaespera. En el primer caso se administran a la futura mamá las medicinas necesarias para la producción de ovocitos, el material reproductivo femenino implicado en la reproducción. La segunda fase es un periodo en el que se aguardan los resultados y puede ser muy angustioso para algunas parejas.
El estar en casa trabajando, por otro lado, permite poder cumplir con las jornadas de reposo, si fueran precisas, que pauten los ginecólogos, sin tener que dar explicaciones más allá de la esfera privada. También, por supuesto, poder seguir una alimentación que favorezca la fertilidady realizar, si es necesario, dinámicas de deporte o técnicas adecuadas.
Por último, no podemos olvidar que, aunque se hayan democratizado los precios y también sea más fácil el acceso geográfico y digital a los centros de reproducción asistida, estos tratamientos requieren un reembolso económico del que a veces no se dispone. No son pocas las parejas que han querido invertir el dinero antes destinado al ocio y a las vacaciones que no han podido realizar por el covid, en su prioridad número uno: la de ser padres.
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